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CÁNCER DE CUELLO UTERINO (CÉRVIX) 

El cáncer cervical es aquel que se desarrolla en el cuello uterino, que es la porción en contacto con la vagina. La mayoría de estos cánceres se desarrollan en un área denominada “zona de transformación”. La infección por el virus del papiloma humano es el principal factor de riesgo para cáncer cervical, causando más del 90% de los casos. Este virus es tan común que afecta casi al 70% de las mujeres sexualmente activas. 

El cáncer cervical usualmente crece muy lentamente, a lo largo de varios años. Antes de que se desarrolle propiamente un cáncer de cérvix, ocurren cambios a nivel celular que se llaman “displasia” o pre-cáncer. 

Gracias al escrutinio efectivo con la citología, llamada Papanicolaou, se pueden detectar cánceres cervicales en etapas muy tempranas, o incluso en condición de displasia. 

El tipo más frecuente de cáncer de cérvix es el carcinoma escamoso, el cual abarca aproximadamente el 70% de los casos de cáncer de cérvix. Otros tipos menos frecuentes incluyen el adenocarcinoma y el carcinoma escamoso. 

 

Síntomas del cáncer cervical 

El tipo más común de cáncer cervical es el sangrado vaginal anormal, o sea no relacionado con los ciclos menstruales. Otros síntomas incluyen el dolor durante las relaciones sexuales, dolor pélvico o descarga vaginal de características inusuales. 

 

Factores de riesgo para cáncer cervical

-Haber iniciado relaciones sexuales a temprana edad. 

-Tener o haber tenido muchas parejas sexuales. 

-Haber dado a luz a tres o más hijos. 

-Tabaquismo. 

-Infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). 

 

Diagnóstico del cáncer cervical 

El Papanicolaou usualmente se realiza para identificar y detectar si hay una displasia, de identificarse alguna anormalidad en los resultados del Papanicolaou, el siguiente paso es realizar una colposcopia. La colposcopia es una examinación de la vagina y del cérvix con un instrumento de magnificación óptica. De encontrarse alguna anormalidad durante la colposcopia, se procede a tomar una biopsia en el mismo tiempo. Una biopsia es una muestra de una pequeña parte del cérvix (donde está anormal) para que sea examinada por un especialista bajo un microscopio. 

De no lograrse identificar correctamente alguna alteración en el cérvix después de la colposcopia, puede ser necesario una conización, que es el remover una mayor cantidad del tejido del cérvix para confirmar un diagnóstico. También la conización puede servir como parte del tratamiento. 

Si se realiza un diagnóstico de cáncer de cérvix, se pueden solicitar estudios de extensión como la tomografía o la resonancia magnética para buscar si hay enfermedad en otras partes del organismo. 

 

Tratamiento del cáncer de cérvix

En etapas tempranas, el cáncer de cérvix se trata con cirugía. Ésta puede ir desde retirar el sitio afectado por el tumor únicamente, hasta retirar toda la matriz junto con los ganglios linfáticos que la rodean para buscar si el cáncer se ha regado a otros sitios. En pacientes fértiles que desean conservar su fertilidad, existe un procedimiento en el cual se retira el cérvix por completo junto con parte de la vagina y se deja el útero, este procedimiento se conoce como “traquelectomía”. Dependiendo de los tejidos afectados por el cáncer que se examinan en el postoperatorio, se valora si hay algún beneficio de añadir quimioterapia o radioterapia. 

Si el cáncer se ha regado más allá del cérvix a los tejidos pélvicos circundantes, se recomienda que en lugar de cirugía se realice un tratamiento con radioterapia combinada con quimioterapia.

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